Los videojuegos son algo más que mera evasión. Puedes aprender y reflexionar gracias a ellos. Pocas formas mejores para meterte en la piel de un trabajador en el ultra capitalista y competitivo mundo laboral de Estados Unidos que jugar a Spent.
Catorce millones de personas vivían en la pobreza en Estados Unidos en 2011, año en que apareció Spent, poco después de que se alcanzara un récord histórico de pobres en el país, un 14% de la población en 2009.
Ocho años después de su aparición, las cosas han empeorado aún más. 40 millones de personas viven en la pobreza en los EEUU, de los cuales cinco se encuentran en condiciones propias del tercer mundo. El mensaje de Spent es más actual que nunca.
La premisa del juego es sencilla: gestiona tus gastos mientras sobrevives a lo largo del mes. Busca trabajo, paga tus facturas, hazte cargo de tus hijos y date algún capricho, si es que puedes.
Como se ve en las capturas de pantalla, no me fue demasiado bien en mi partida. Traté de ser equilibrado, de no pasarme con los gastos y hasta de quitarme vicios como el fumar o ratos de ocio como el cine. Por desgracia, a la altura del día 23 del mes, cuando estaba a punto de pasar al mes siguiente, un accidente imprevisto con el coche me dejó cargado de deudas. Podría haberme escapado y desentenderme de los quinientos dólares de la reparación que me exigirían los del seguro, pero no tuve corazón para ello. Craso error, supongo, en un mundo tan despiadado como Spent (y la vida real) representan.