Esta foto dice muchas cosas, pero la que nos interesa es una: la realidad virtual está aquí, y se ha ligado, de manera casi unánime, al entretenimiento: las redes sociales, los videojuegos o la industria del sexo (como por ejemplo, aquella convención de sexo virtual en Japón que hubo de ser cancelada por un exceso de afluencia).
Lo cierto es que hay muchos otros usos para la realidad virtual que ya son habituales.
Ejército
La noticia la daba (al menos para los lectores españoles) eldiario.es: el ejército noruego utilizará la realidad virtual para que sus soldados conduzcan sus carros de combate. Un sistema de cámaras fuera del vehículo y conectadas a las gafas servirá para que el conductor se oriente.
Por supuesto, la marina de Estados Unidos no se ha quedado atrás y ya han trascendido imágenes de soldados utilizándolas en sus maniobras.
Educación
La página Blogthinkbig informaba a principios de año que varios campus universitarios (aunque no aclara cuáles) están ya previendo la inclusión de la realidad virtual en sus programas docentes. La idea sería basar la educación en las experiencias, que el alumno se acerque lo más posible a una realidad que no podría conocer de otra manera: el interior del cuerpo para biología, entornos submarinos o subterráneos para geografía, etc.
Personalmente, opinamos que la experiencia sensible no puede compararse a la inteligible para llegar a aprender una materia (dicho en román paladino, que aparte de experimentar hay que estudiar), pero no cabe duda de que la educación no será la misma cuando la realidad virtual llegue a las aulas.
Salud
El ámbito sanitario promete infinitas aplicaciones para la realidad virtual en la investigación presente y futura. La Universidad de Barcelona ya está ayudando en la búsqueda de la cura de la bulimia o la agorafobia. Pero la realidad virtual no solo es cosa de laboratorio, y ha entrado en algunos tratamientos y terapias. El trabajo no solo recae en la iniciativa universitaria: empresas como Virtualware se han especializado en el desarrollo de entornos virtuales como apoyo a la actividad médica.
Investigación espacial
¿Quién sino la NASA podía extraer el mejor rendimiento a la realidad virtual? En efecto, las posibilidades de entrenamiento en ambientes difíciles de replicar para astronautas e ingenieros se cubren perfectamente con la realidad virtual. Basta calzarse unas gafas y practicar.
Siendo justos con la agencia aeroespacial norteamericana, habría que decir que los avances tecnológicos que hoy disfrutamos, como las cámaras digitales, surgieron de las pruebas y experimentos realizados por ellos. Por eso hay que estar con un ojo bien puesto en la Nasa (como ya hicimos en un artículo anterior). Aunque parezcan muy lejanos, los trabajos que se hacen para visitar Júpiter, enviar sondas más allá de la Vía Láctea o poner un satélite en órbita terrestre, algún día traerán grandes beneficios para el público.
Justicia
Si un juez, o un científico forense, pudiera visitar la escena de un crimen, perfectamente recreada mediante la realidad virtual, probablemente podría ubicar con menos dudas la posición y movimientos de personas y objetos en una investigación criminal.
Hoy en día ya se utilizan mapas en 3D con estos fines, pero la realidad virtual una vez más pondrá patas arriba estos métodos. Un equipo de la Universidad de Zurich ya está utilizando las Oculus Rift para ello.
Sólo son cinco ejemplos que prueban que, para entender mejor la realidad física, muy pronto será posible sumergirse en la virtual. Y no solo lo harán los aficionados a los videojuegos o el cine. Trabajadores y empresarios, investigadores y profesores, estudiantes de enseñanza primaria, secundaria o universitaria, médicos o pacientes… Es más que probable que antes o después, todos nos pongamos las gafas alguna vez en nuestra vida.