¿Cuánto tiempo hace que oímos hablar del plan de Apple de entrar en el mercado del coche eléctrico? Años, sin duda. El propio Steve Jobs fantaseaba con el proyecto. Una vez más, ocho años después de su muerte, su capacidad de visión parece guiar la andadura de Apple. Pese a que las noticias son vagas y a veces contradictorias, pocas cosas hay tan seguras como que los coches eléctricos con el logo de la manzana acabarán llegando.
Apple necesita este proyecto –para el que se ha divulgado el nombre: Titán-. Su ritmo de ventas de teléfonos ha decrecido, y los relojes, otra de sus grandes bazas, tampoco parecen cumplir las expectativas.
No es que estemos hablando de un secreto. Tim Cook confirmó que se estaba trabajando en un software para coches autónomos. La inteligencia artificial ha sido el primer paso, el prioritario. Pero pese a la discreción de Cook, no parece que vayan a quedarse ahí.
Apple está llegando tarde al mercado del coche eléctrico. Casi todas las compañías tienen su modelo a la venta, o a punto de salir. Y no solo ellos: Google también lo está valorando. Quizá por eso Apple se lo tome con prudencia, porque quiere añadir ese algo extra que todo el mundo espera de la compañía californiana.
La inversión de Apple no es pequeña: unas fuentes hablan de dos mil personas contratadas para el proyecto. Otras fuentes suben la cifra hasta los cinco mil.
Otros medios de comunicación indican que el proyecto no se centra tanto en un turismo como en un vehículo de las dimensiones de una furgoneta.
Lo dicen desde la revista alemana Magazin, desde la que se asegura haber tratado con fuentes de primera mano que aseguran que se está trabajando en el diseño del interior del coche.
Datos nada concretos, como se puede ver.
Si fuera poco esta indefinición, luego están los rumores falsos, como aquel que decía que Apple estaba a punto de comprar Tesla. No parece que vaya a ser el caso, aunque sí es cierto que el ingeniero supervisor de los coches de Elon Musk ha vuelto a Apple, su primera compañía, para embarcarse en el iCar.
El caso es que el proyecto –que sepamos- sigue adelante, pese a rumores y retrasos. La fecha de salida de 2021 quedó atrás hace tiempo. Ahora el periodista Ming-Chi Kuo postula en MacRumors una fecha posterior: entre 2023 y 2025.
¿Qué más tenemos? Tenemos rumores de que el diseño estaría inspirado en iPhone. Tenemos conocimiento de que la compañía ha patentado diversos productos de índole automovilística.
Tenemos una flota de unos 66 coches de pruebas, extremo que la compañía reconoció cuando tuvo que informar de un accidente que uno de ellos sufrió en una autopista de Santa Clara.
Hay que decir que el accidente no ocasionó heridos, y que se debió a un error humano del conductor del otro coche involucrado y no a un fallo tecnológico del coche de Apple.
En resumen: del iCar solo sabemos que no sabemos nada, y eso que los datos fluyen por la red sin parar. De hecho, un empleado de la compañía fue acusado por el FBI de vender documentos confidenciales a una empresa de la competencia.
Lo único claro es que llegar, llegará. Y nosotros aquí estaremos, pendientes de verlo por nuestras calles y, en cuanto se pueda, a cargar sus baterías en nuestros enchufes.