Hace unas semanas nos llegaba esta chocante noticia, una aplicación casi desconocida en España, Snapchat, o más concretamente su CEO Evan Spiegel, rechazó sin miramientos la oferta de compra de Facebook, 3.000 millones de dólares.
Facebook es la red social por excelencia y por supuesto quiere continuar siéndolo. Por este motivo, lo que ha hecho los últimos años ha sido expandirse hacia otros mercados. Un claro ejemplo de esta política es Instagram, app de fotografías que Zuckerberg compró el año pasado por la friolera de 1.000 millones de dólares.
Siguiendo esta estela, la red social buscaba adquirir hace tan solo unas semanas Snapchat pero parece que su CEO Evan Spiegel a sus 23 años es un "hueso duro de roer" puesto que Zuckerberg ha terminado ofreciendo a la empresa 3.000 millones de dólares que su CEO ha rechazado sin pestañear.
Spiegel es muy consciente de la fase de crecimiento en la que se encuentra su app, cada vez más popular entre el público adolescente, por lo que parece que quiere esperar un poco más para aumentar en número de usuarios e importancia y poder exigir un precio más elevado para su venta.
¿Qué tiene de especial Snapchat?
Snapchat es una aplicación de envío de fotos y vídeos cuya particularidad es que éstos se autodestruyen rápidamente tras ser visualizados por el receptor del envío. Su éxito va en aumento día a día, tanto que empieza a ser comparada con apps de mensajería de éxito como WhatsApp. A diario ya son 150 millones las fotografías que se comparten, aunque después se esfumen para siempre.
Esta curiosa característica de Snapchat, que es básicamente lo que la distingue del resto de apps, resulta útil para compartir información confidencial aunque esta funcionalidad se ha usado también para enviar imágenes subidas de tono (sexting).
En la práctica, Snapchat es simplemente una aplicación de mensajería efímera, es decir, lo que envías con la aplicación no queda grabado en ningún sitio, algo que permite que los usuarios se atrevan con mensajes que de otra forma posiblemente nunca enviarían por correo o SMS.
Pero se pueden hacer capturas de pantalla ¿no?
Es lo primero que suele pensarse después de leer lo de la mensajería efímera ¿verdad?. Pues sí y no, es verdad en parte puesto que si pueden hacerse capturas de pantalla de las imágenes o vídeos pero sólo antes de ser abiertas o durante su visionado.
Cuando se envía una imagen a través de Snapchat, ésta se almacena en sus servidores hasta que la otra persona se conecta. Una vez que ha salido del servidor, se almacena temporalmente en el móvil con una extensión oculta, .jpegnomedia.
Así, la forma más sencilla de preservar la imagen es hacer una captura de pantalla con el móvil pero la tarea se complica y mucho porque Snapchat obliga a mantener pulsada la pantalla. Si la foto no ha sido visualizada aún sí es posible extraerla con distintas herramientas como puede ser Snapgrab, una app que recupera fotos de Snapchat no abiertas. Si la foto ya ha sido vista, no se puede abrir de nuevo puesto que se elimina de inmediato del móvil.
El lema de Snapchat
La filosofía de esta app se apoya en tres pilares: una imagen vale más que mil palabras, aprovecha el momento (Carpe Diem) y nada es para siempre. Una combinación que ha cosechado un éxito inmenso entre jóvenes de todo el mundo.