Madrid se pone al día en cuestiones de tecnología social, ahorro energético y consumo colaborativo. Parece que pronto podremos darle los galones de verdadera Ciudad Inteligente, como las otras que hemos repasado en nuestra serie de artículos acerca de Rivas, Gijón, Pamplona y Elche y Tokyo y Fujisawa.
Hace algún tiempo que funciona el servicio de alquiler de bicicletas eléctricas BiciMad. Sus primeros pasos fueron complejos: el servicio sufrió escasez de bicicletas, vandalismo y robos. Yo mismo encontré una abandonada en la calle, lejos de cualquier punto de aparcamiento. También se ha acusado a BiciMad de fallos técnicos respecto a su app móvil, la infraestructura online y los puntos de anclaje para aparcar la bici, llamados tótems, así como deficiencias en su diseño industrial, como el sistema de anclaje en sí.
El Ayuntamiento ha sabido responder, y después de reunirse con varias partes interesadas, se ha comprometido a mejoras como reescribir el software de BiciMad, a extender las vías ciclistas, crear un mapa de puntos negros, ampliar la red a toda la ciudad, con nuevas bicicletas y estaciones de aparcamiento, incluyendo quizá bicicletas tradicionales e incluso incluir la bicicleta dentro del abono transporte, cosa que dependería del gobierno autonómico. Entre los métodos que ayudarían a financiarlo se encontraría la publicidad.
Parece que el consistorio madrileño se ha tomado en serio la cuestión, y aunque saben que “Madrid no es Ámsterdam”, la ciudadanía está respondiendo al servicio y estamos seguros de que veremos muchas más bicicletas blancas por la ciudad muy pronto.
El hecho de que la iniciativa funcione en Madrid es una buena noticia para toda España. Muchas empresas utilizan la capital como banco de pruebas antes de extenderse a otras ciudades.
Car2Go es la segunda alegría que se han llevado los madrileños. Este servicio, implantado en noviembre de 2015, ofrece una red de coches eléctricos modelo Smart fortwo, en un sistema de alquiler por minutos. El único trámite presencial es la comprobación del carnet de conducir del usuario en las oficinas de Car2Go. A partir de ahí, todo es online: hay que descargar la aplicación, inscribirse, pagar una cuota de inscripción única de 19 euros y ya se puede circular. Por el momento la flota consta de 500 coches.
Las restricciones: no se puede aparcar fuera del área de la M30; tampoco se permite hacerlo en parkings públicos. Al terminar el viaje se solicita al usuario que rellene una encuesta sobre el estado del coche. En ese sentido, Car2Go no parece ser un competidor directo del transporte público sino un complemento ideal, ya que los que tengan como destino un punto más allá de la circunvalación de la M30 deberán seguir su viaje por otros medios.
Hay que felicitarse de que el sistema esté tan bien pensado. El hecho de que sea un coche pequeño facilita el estacionamiento. Una vez encendido el coche, toda su gestión se realiza a través de su pantalla digital, por lo que no debes temer si tu móvil anda bajo de batería. Puedes aparcar en zona SER de forma gratuita (un incentivo municipal), entrar en zonas de tráfico restringido y el servicio no tiene costes adicionales, salvo la inscripción. Tampoco debes preocuparte de cargarlo. El personal de la empresa lo hace por ti, por lo que se ruega dejar el vehículo con un mínimo de batería para que lo lleven a un punto de carga.
Además, con la misma aplicación puedes moverte en otras ciudades que cuentan con el servicio, como Vancouver, Hamburgo, Seattle, Milan, Denver, Viena, Berlin, Munich o Estocolmo. La compañía ya tiene la vista puesta en Valencia, Barcelona, Bilbao o Sevilla, aunque no hay nada confirmado.
Por desgracia, Car2Go tampoco se ha librado de ataques vandálicos, en ocasiones por parte de grupos organizados. Desde la empresa han reconocido tensiones con gremios como el de los taxistas.
En todo caso, la aceptación de Car2Go ha resultado un éxito. La de Madrid es la única flota 100% eléctrica de la compañía, y la primera en uso del servicio de todo el mundo. Cierto que existían precedentes similares –que no iguales- como Bluemove y Respiro, pero por la razón que sea, Car2Go parece haber convencido a los madrileños. Tanto que BMW pretende seguir el camino con su servicio DriveNow en la capital o Barcelona.
Mientras estamos atentos de este u otros avances en tecnología social, damos la bienvenida a Madrid como ciudad inteligente.