Este año, los Reyes le han traído a mi hermano una Buddha machine. Mi hermano es un apasionado de la música y los aparatos tecnológicos, así que el regalo ha causado sensación. Parece que los Reyes han acertado esta vez.
Pero, ¿qué es una Buddha machine, estaréis preguntándoos? Ahora mismo lo vais a saber. Pero cuidado, que el artilugio engancha.
Un viaje a la escena pekinesa
Pekín, año 2005. Allí trabaja FM3, una banda de música electrónica integrada por Christiaan Virant y Zhang Jian. El grupo, fundado en 1999, se dedica a fundir sonidos digitales y técnicas e instrumentos de la China tradicional. En sus inicios se orientan a las sesiones más tranquilas de los clubes pekineses, y con el tiempo derivan a formatos de música minimalista, relacionados con la meditación. Es preciso mencionar que la escena electrónica china tiene una enorme implantación, tanto en aficionados como en clubes, artistas y sellos, con una gran variedad de estilos.
En esto, Virant visita un templo budista y descubre un aparatito llamado Buddha Jukebox. Una especie de transistor de plástico con la reconocible forma del sabio oriental que reproduce en bucle una serie de mantras que sirven a los monjes para alcanzar estados de meditación. Otros, mal pensados, dicen que se inventó para que los fieles más perezosos no necesiten acudir a los templos a rezar.
Virant y Jian entienden que han descubierto algo interesante y lanzan su propio aparato: el Buddha machine 1.0. El “disco”, si así puede llamarse, consiste en un transistor de plástico del tamaño de un paquete de tabaco, que se ofrece en siete colores distintos, y que integra nueve cortes de música ambiental en forma de bucle, de entre uno y medio y cuarenta segundos de duración. La máquina tiene un botón para pasar a la canción siguiente, una rueda de volumen y una entrada mini-jack para escuchar con cascos. Bajo su carcasa, un chip emite su música en 6 bits. Funciona con dos pilas AA.
Buddha Machine. Autor: Adrian F. Fuente: Wikipedia Commons
Fama mundial
El Buddha machine resulta un éxito. La primera tirada, de quinientas copias, se agota rápido. El gurú de la eléctronica Brian Eno lo alaba. El New York Times lo define como “hermosamente inútil”. El disco se distribuye por todo el mundo. La banda toca en Estados Unidos, Europa y Asia. Entre 2005 y 2008, FM3 vende sesenta mil copias de sus metafísicos transistores.
A partir de entonces se sucederán hasta cinco Buddha machines, realizados con diferentes diseños e instrumentos, y una reedición de la original, en 2017, más una aplicación para iPhone y iPad, por el momento descontinuada.
A FM3 le han surgido muchas novias desde entonces. David Byrne y la banda industrial Throbbing Gristle llaman a su puerta en busca de colaboraciones. El compositor Keigo Oyamada les propone participar en la banda de sonora del anime “Ghost in the Shell: Arise”. El museo del Louvre y el British Film Institute les ofrecen proyectos. Philip Glass celebra sus ochenta años con su propia Buddha machine, con variaciones para piano, órgano y voz.
Buddha machine online
Si has leído hasta aquí, tal vez te apetezca escuchar estos particulares cantos y ascender tú también a estados superiores de conciencia. Encontrar una Buddha machine no es fácil, casi todas las versiones están agotadas. Si no tienes suerte en tiendas, FM3 tiene sus creaciones disponibles en bandcamp, Spotify y Apple Music. Las melodías budistas de FM3 son más accesibles que nunca.